Todos tenemos una cima por alcanzar.
No siempre es una meta externa.
A veces es un despertar.
Una certeza suave que se posa sobre el pecho y susurra: “Ya es hora de ser tú sin miedo.”
Pero justo cuando estás por llegar —cuando sientes el fuego en los talones y el viento en la espalda—, aparece el freno.
Esa voz vieja.
Esa herida antigua que te dice:
“Mejor quédate abajo. No hagas tanto ruido. No molestes.”
Y tú dudas.
Porque te enseñaron a no brillar demasiado.
A no ser tan intensa, tan fuerte, tan diferente.
Te entrenaron para reducir tu luz, para que otros no se sintieran incómodos con ella.
Pero ya no más.
Brillar no es presunción.
Es libertad.
Es llegar a ese punto donde dejas de pedir perdón por ser tú.
Donde ya no necesitas validación para sentirte viva.
Donde entiendes que tu luz no es un problema:
es tu poder.
¿Sabes qué pasa cuando eliges brillar?
La vida cambia.
No mágicamente. Pero sí honestamente.
Empiezas a atraer lo que vibra contigo.
Y lo que ya no encaja… se cae solo.
Brillar es desafiar la inercia.
Es mirar al espejo y no encogerte.
Es dejar de buscar el permiso que nadie va a darte.
Y caminar hacia tu cima, incluso con miedo.
La cima no es el final del camino. Es el principio de ti.
La verdadera tú.
La que no se apaga por nadie.
La que aprendió a hacerse fuego incluso con cenizas.
Y te lo pregunto sin rodeos:
¿Te atreves a brillar sin culpa?
¿A ser faro, en vez de sombra?
El mundo no necesita que te escondas.
Necesita tu luz.
Necesita que seas tan tú que otras se animen también.
🌱 Si estas palabras hicieron eco en tu alma, suscríbete.
Aquí hablamos sin filtros.
Este es un espacio para quienes han sido invisibles demasiado tiempo.
Para quienes están cansadas de encajar y listas para despertar.
Si estás viviendo tu propio proceso de empoderamiento, de aceptación, de autodescubrimiento —especialmente si eres una mujer neurodivergente como yo—, entonces esta es tu casa.
💌 ¿Estás brillando? ¿Estás en tu proceso? Escríbeme, cuéntamelo. Me encantaría escucharte.