El sentido de la vida: un misterio simple y hermoso

A menudo pensamos que el sentido de la vida es un gran enigma, una pregunta imposible de responder. Buscamos señales, mapas, caminos que nos lleven a un lugar especial donde todo tenga sentido. Queremos una fórmula secreta, un destino claro, un “plan maestro” que nos explique para qué estamos aquí.

Pero, ¿y si te dijera que el sentido de la vida no está en ninguna parte lejana ni en ningún secreto bien guardado?

El sentido de la vida está, sencillamente, en estar vivos.

Sí, justo ahora. Con ese pecho que se levanta y baja —a veces con torpeza, otras con ritmo de tambor alegre—.
Vivir no es siempre un vals elegante ni una sinfonía perfectamente compuesta.
Es más bien una especie de baile improvisado en una fiesta donde no conocemos todas las canciones.
Tropezamos, nos reímos, nos caemos con gracia o sin ella, pero seguimos bailando.
Y eso… ya es un milagro.

Nos enseñaron a correr detrás de metas, como si la vida fuera un videojuego con niveles que superar.
El trabajo soñado. La pareja ideal. El cuerpo perfecto.
Y cuando, con suerte, alcanzamos una de esas metas, nos invade una sensación inesperada: vacío.

Ese “¿era esto?” que no admite aplausos.
Ese eco interno que nos recuerda que el éxito sin presencia no llena, solo pesa.
Que si no estuvimos realmente ahí mientras lo conseguíamos… algo se perdió.

Y entonces entendemos:
✨ Que la vida no es un logro.
✨ Que no es una meta.
✨ Que no es un trofeo al final del camino.

La vida es ese camino.
Es cada café que se enfría mientras hablas con alguien que te importa.
Cada carcajada sin sentido.
Cada lágrima inesperada.
Cada mañana en la que te levantas sin saber del todo cómo vas a seguir… y sin embargo, sigues.

La magia no está en llegar.
Está en estar.
En vivir con todos los sentidos abiertos.
En saborear incluso las contradicciones: la belleza que duele, la tristeza que enseña, la alegría que no se puede explicar.

Cada latido es un universo diminuto.
Una prueba de que el milagro no necesita ruido ni explicación.
Que estar vivos es en sí mismo el mayor de los sentidos.

Así que, si hoy no lograste grandes cosas, pero te tomaste un respiro, compartiste una risa, o simplemente fuiste honesto contigo mismo…
vas bien.

“El sentido de la vida no está al final del camino… está en cada paso que damos despiertos. Porque vivir, con todo lo que eso implica, ya es suficiente.”

Ninoska

«La escritura no es solo un refugio.
Es un acto de resistencia silenciosa.
Una forma de respirar cuando el mundo aprieta el pecho.
Una grieta luminosa en medio de la sombra más densa»


Ninoska.

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